Desde hoy la nafta y el gasoil aumentaron sus precios por la actualización de un impuesto

Los precios de las naftas y el gasoil volvieron a subir este sábado por la decisión del Gobierno de volver a incrementar el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC). Se estima que el alza ronde el 4 por ciento por la actualización impositiva -que se había postergado el mes pasado para no impactar en el índice de inflación-, pero también por el probable traslado del movimiento del dólar. Javier Milei llegó a la presidencia en parte porque había prometido no aumentar los impuestos. Pero, desde que asumió en la Casa Rosada, el valor de los combustibles se duplicó: subió, sin contar la remarcación de hoy, un 110 por ciento.

Si las empresas trasladan la suba de los impuestos, las naftas y el gasoil subirían al menos 1,2 por ciento. Las compañías –YPF, Shell, Axion y Puma Energy– podrían, además, trasladar como se dijo la devaluación mensual el llamado “crawling peg” -que son las microdevaluaciones diarias que realiza el Banco Central y que en la práctica significa realizar ajustes graduales y predefinidos del tipo de cambio- del 2 por ciento que se aplica sistemáticamente.

“Con el fin de estimular el crecimiento de la economía (sic) garantizando un sendero fiscal sostenible (otro sic), resulta razonable diferir parcialmente los efectos de los incrementos que resultarían aplicables a partir del 1° de junio de 2024 para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil”, dice el decreto que se publicó esta semana.

En Paraná en las estaciones de servicios de YPF, la nafta Súper pasó de $1.005 a $1.046 por litro. La nafta Premium aumentó de $1.207 a $1.256; mientras que el gasoil costaba en la versión Común $1.285 y ahora cuesta $1.112, mientras que la versión Premium aumentó de $1.084 a $1.318.

Los precios de los combustibles aumentaron 110 por ciento desde que asumió Javier Milei, repartido en cinco incrementos de 38 por ciento, 27 por ciento, 6,5 por ciento, 7,5 por ciento y 4,6 por ciento. La suba se explica por el aumento del tipo de cambio, que tiene un impacto directo en la estructura de costos dolarizados de la industria, y por la actualización del impuesto a los combustibles, que estaba congelado por el gobierno anterior desde 2020, consignó el diario La Nación.

Los precios de los combustibles aumentaron 110 por ciento desde que asumió Javier Milei, repartido en cinco incrementos de 38 por ciento, 27 por ciento, 6,5 por ciento, 7,5 por ciento y 4,6 por ciento

“Por lo que se entiende del decreto 466/24, en el caso de las naftas el incremento de ambos impuestos sería del orden del 8 por ciento y en el caso del gasoil incrementarían en un 11 por ciento. Nada que ver con el 20 por ciento que se esperaba. Igual, la sugerencia es esperar hasta salga la tabla con los detalles en la AFIP”, dijo Guillermo Lego, gerente general de la Confederación del Comercio de los Hidrocarburos de la República Argentina (Cecha), la cámara que nuclea a las estaciones de servicio.

Con estas estimaciones, trasladado al precio final de los combustibles, la suba del impuesto tendría un impacto de al menos 1,2 por ciento.

Actualmente, las empresas refinadoras compran el barril de petróleo a los productores locales a un valor de US$68, mientras que, si se tuviese que importar, valdría US$75. El objetivo de YPF, la empresa líder del mercado, es cerrar la brecha entre el barril criollo y el valor de paridad de importación (lo que costaría la nafta si se importara el 100 por ciento).

Desplome de las ventas

Desde diciembre pasado a la fecha, las ventas de combustibles tuvieron un desplome de 17 por ciento, según cálculos de Cecha. En este período, los precios de los combustibles se duplicaron luego de la brusca devaluación de diciembre. Con estos aumentos, el precio de la nafta y el gasoil en la Argentina se equiparó al valor de los países vecinos, lo que hizo menos conveniente para los extranjeros cargar combustible en el mercado local.

En los últimos meses, además, se desplomó fuertemente el consumo de nafta Premium: las ventas cayeron un 22,6 por ciento, muy por arriba del promedio general. El volumen vendido de las estaciones de servicio está repartido en promedio en un 55 por ciento de naftas y 45 por ciento de gasoil (varía según la ubicación de la boca de expendio).

En los últimos años, el 70 por ciento de los clientes compraba la variante económica (grado 2), mientras que el 30 por ciento restante compraba la Premium (grado 3). Esta proporción cambió a 80 por ciento Súper y 20 por ciento Premium, con los últimos aumentos de precios.

La caída en las ventas fue abrupta debido al desplome del poder adquisitivo. “Entre 2010 y 2023, el salario medio compraba en promedio 989 litros de combustible por mes. En diciembre, último dato oficial, el salario medio permitía adquirir 735 litros de combustible. La recuperación de precios en términos reales no es tan significativa, pero en términos de poder adquisitivo de la población tiene impacto”, explicó Nicolás Arceo, director de Economía y Energía.

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